Sombra de trémulos árboles soberbios,
entre luces amarillas, de noche y de nervios,
se despliegan con suspiros y misterios.
El viento susurra secretos al oído,
mientras las hojas danzan en su vaivén,
una melodía silente, un suave reflejo.
En la penumbra se entrelazan los destinos,
y en el murmullo de los sueños
perdidos,
se encuentran almas sedientas
de abrazos.
La oscuridad, se tiñe de pinceladas,
pintando en el lienzo de la noche estrellada.
Entre sombras y luces, en el umbral del tiempo,
se esconde la esencia de un suspiro eterno.
El cielo enciende sus luceros celestiales, testigos mudos de anhelos y anuales.
En el silencio, se escuchan susurros suspirosos,
palabras que se mezclan en suspiros voluptuosos.
Y en el abrazo de la noche enigmática,
se desvanecen los miedos y la trágica.
Bajo los árboles soberbios y temblorosos,
las almas se encuentran en un dulce reposo.
La oscuridad acuna sueños
deseos,
entre luces amarillas y vibrantes destellos.
Sombra de trémulos árboles soberbios,
en su danza misteriosa entre susurros y acrobacias,
el poema se expande, crece y se renueva,
en un eterno ciclo de emociones y añoranzas.